Querían linchar delincuentes, llega la Poli y se arma la grande

Elementos policíacos rescataron a tres delincuentes que la población de San Mateo Otzacatipan pretendía linchar, la población enardecida se dio a la tarea de quemar patrullas

Lo que inició como un intento de linchamiento a un trío de delincuentes que se dedicaba al robo de automóviles, terminó en una "guerra" entre el pueblo de San Mateo Otzcatipan y policías; y es que debido a la necedad de la muchedumbre por quemar a los rateros, los uniformados los replegaron con gas, mientras que la población utilizó piedras y botellas. El saldo fue de varios comuneros heridos, algunos más detenidos y dos patrullas quemadas.

"Que los quemen, que los quemen.... ahora son automóviles, pero después pueden ser nuestros hijos.... muerto el perro se acaba la rabia; hay que quemar a las ratas", eran las consignas que gritaban cientos de pobladores a un costado de la iglesia de San Mateo Otzacatipan luego de que habían atrapado a tres personas robándose varios automóviles.

Todo comenzó cuando varios mayordomos y feligreses sostendrían una reunión con el sacerdote en la iglesia de la comunidad en mención. En una de las calles que rodean el templo, una mujer se dio cuenta que dos sujetos y una mujer estaban a punto de llevarse consigo un automóvil tipo Sentra.

De forma inmediata pidió el auxilio de varias personas que rondaban por el lugar y así fue como se juntó el pueblo y les propinó una golpiza, aunque luego elementos de la policía municipal y estatal los lograron subir a una patrulla.

No obstante, el pueblo rodeó las patrullas y no dejó que salieran de la calle, a tal grado que sitiaron las salidas para que no fueran de la zona. Los ánimos bajaron luego de que el padre Daniel calmó a la feligresía católica y solicitó la presencia de las autoridades ministeriales.

Debido a la necedad de la muchedumbre, poco a poco elementos de la policía estatal y municipal sitiaron la calle y pese a los intentos por convencerlos de que los trasladaran al Ministerio Público, el pueblo no cedió.

Así, minutos antes de las 20:00 horas y ya sin la presencia del cura, autoridades policíacas decidieron rescatar a los delincuentes a bordo de las patrullas, lo que prendió los ánimos, al grado que comenzaron a volar piedras y botellas, así como bombas de gas lacrimógeno.

Ello, propició un enfrentamiento entre el pueblo y la policía, que dio como resultado varias personas lesionadas y diversos detenidos. Tras el rescate de los delincuentes, los cientos de policías salieron de la zona de choque y sólo quedaron los pobladores lesionados y con los ojos dañados por el gas arrojado, incluyendo a niños.

Debido a ello, las campanas de la iglesia comenzaron a llamar a la comunidad entera y enojada por lo sucedido, destruyeron tres patrullas que dejaron los policías en pleno centro. La furia los llevó a quemar un par de unidades -una de la policía municipal y la otra estatal.

Finalmente, los más de 300 policías y granaderos volvieron a tomar el control de la zona centro y pese al intento de apagar las patrullas quemadas, ya no pudieron rescatarlas.

Pobladores mostraron su descontento ante esto que ocurrió, pero después de lo sucedido, todos decidieron meterse a sus hogares y encerrarse.

Redacción--Sol de Toluca