Ricardo Monreal se deslinda de críticas: ¿Un Intento de redefinir la justicia o simple manipulación?

Ricardo Monreal, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, ha sacudido el panorama político al distanciarse de las controversiales denuncias penales y el juicio político dirigidos contra los jueces que frenaron el debate sobre la reforma al Poder Judicial. El desmarque de Monreal plantea preguntas cruciales sobre la transparencia y la integridad de las decisiones dentro de Morena y la política en general.

El pasado domingo, tras una reunión de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), la bancada de Morena dejó entrever su descontento con los jueces federales. La sorpresa vino cuando Monreal, a través de una conferencia de prensa, reveló que las acciones legales habían sido impulsadas por un grupo de legisladores morenistas, y no directamente por él.

Monreal defendió su postura diciendo que las querellas se presentaron a título personal de algunos miembros de su bancada, y recomendó poner “en pausa” las acciones contra los jueces, pidiendo un enfoque más tolerante y prudente. Este cambio de dirección, sin embargo, sugiere un juego político más profundo: una posible maniobra para distanciarse de la controversia y evitar el costo político de una confrontación directa con el poder judicial.

El exaspirante presidencial argumentó que las acciones legales propuestas se basaban en la creencia de que los jueces “se extralimitaron en sus facultades y funciones y violaron el principio de legalidad”. No obstante, al pedir que se detengan las medidas y se busque un diálogo, Monreal parece estar tratando de calmar las aguas mientras el partido evalúa sus próximos pasos.

El hecho de que Monreal haya solicitado que no haya “fast track” en el trámite de los juicios políticos y que se proceda con respeto subraya una estrategia que podría interpretarse como un intento de moderar una situación que podría volverse embarazosa para Morena. La retirada de la propuesta por parte de Sergio Gutiérrez Luna, vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, también refleja un intento de suavizar la tensión mientras Monreal reconfigura su postura.

El dilema se intensifica al considerar que los jueces en cuestión, Martha Eugenia Magaña López y Felipe Consuelo Soto, están en el centro de una controversia que puede impactar la percepción pública sobre la independencia del poder judicial en México.

Monreal, con su reciente maniobra, no solo busca evitar el conflicto directo, sino que también podría estar tratando de evitar que las críticas sobre la posible influencia política sobre el poder judicial dañen aún más su imagen y la de su partido. La verdadera cuestión es si este movimiento de Monreal representa un genuino esfuerzo por preservar la integridad judicial o simplemente un acto calculado para mitigar daños políticos.

 

Fuente/noticias/jornada

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