José Antonio Meade permitió quebranto y corrupción en Pemex por proyecto de Odebrecht

El candidato presidencial del PRI-PVEM-NA, José Antonio Meade, desestimó en 2011 argumentos técnicos fundados que advertían “inevitables consecuencias” para Pemex Petroquímica, por lo que se debía “suspender el proyecto” que favorecía a la firma Braskem, filial de Odebrecht, mediante un contrato amañado que se firmó en 2010.

De acuerdo con un reportaje de MéxicoLeaks, publicado este domingo por Proceso, el episodio tuvo lugar cuando Meade Kuribreña llevaba cuatro meses como secretario de Energía del presidente Felipe Calderón y como tal era, de facto, presidente del Consejo de Administración de Pemex.

En una reunión de dicho órgano, celebrada el 29 de abril de 2011 (cinco años antes del arranque del complejo en cuestión) fueron presentadas objeciones técnicas por los consejeros Héctor Moreira Rodríguez y Rogelio Gasca Neri, quienes señalaron el grave daño que el trato implicaba para la paraestatal; pero Meade desoyó las advertencias y avaló el contrato, que ya ha causado daños por cerca de dos mil millones de pesos.

Proceso aclara que “Meade no firmó el contrato ni participó en las negociaciones con la filial de Odebrecht; sin embargo, cerró los ojos ante las advertencias del CEI, el órgano de Pemex encargado de emitir directrices, prioridades y políticas públicas en la empresa”.

Uno de los documentos que advertían el problema provenía del Comité de Estrategia e Inversiones (CEI) y el segundo contenía una serie de comentarios de Gasca Neri, quien sostuvo que “Pemex va a estar importando gas y crudo para venderlos con un 20% o un 30% de descuento”, y sugirió que “dadas las inevitables consecuencias para PPQ, se debe de suspender el proyecto hasta que se discuta en el CA de Pemex y se apruebe explícitamente”.

Un reclamo que surgió durante la reunión fue que el contrato celebrado en febrero de 2010 entre Pemex Gas y Petroquímica Básica y Braskem, no fue dado a conocer al Consejo de Administración.

Meade escuchó las advertencias y consideró “oportunos” los comentarios de Moreira, pero aseveró que en el caso del contrato con Braskem “el proceso se había cumplido a cabalidad”, de acuerdo con el acta del consejo de administración.

Al dar lectura al informe del CEI, Moreira se sorprendió porque “este proyecto tiene implicaciones estratégicas de alto impacto; sin embargo, el contrato NO (sic) se presentó al Consejo de Administración de Pemex, ni se ha discutido la estrategia de largo plazo para PPQ”.

Pero Meade desestimó el argumento: “El presidente mencionó que quería aclarar que no existía ninguna obligación de presentar el contrato de suministro al consejo, por lo que ese instrumento se había desahogado en los términos de la normativa vigente”, resalta el acta.

El contrato con Braskem, filial de Odebrecht, obliga a Pemex a surtir el suministro de etano actualmente y en los próximos 18 años, comprando gas en el extranjero y vendiéndolo con un precio menor a Braskem que opera el complejo Etileno XXI.

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Dicho contrato desencadenó un desastre industrial en Pemex: tan sólo durante los primeros 10 meses de operación de Etileno XXI, la empresa petrolera perdió cerca de dos mil millones de pesos y dejó sin etano a sus propias plantas procesadoras de etileno (que dejaban altos márgenes de rentabilidad), pues incumplir con la filial de Odebrecht implica pagar multas multimillonarias.

Todos estos efectos adversos eran previsibles y fueron señalados en sendos documentos que Moreira Rodríguez y Gasca Neri presentaron durante la citada sesión del consejo de administración de Pemex.

Odebrecht se encuentra en el centro de un escándalo internacional de corrupción, y sus exdirectivos reconocieron que la empresa pagó sobornos a funcionarios de distintos países de América Latina y África para obtener contratos públicos.

Directivos de la empresa confesaron ante la justicia brasileña que en México pagaron unos 10.5 millones de dólares de sobornos a Emilio Lozoya Austin, primero mientras éste coordinaba los asuntos internacionales de la campaña electoral de Enrique Peña Nieto, y en un segundo tiempo ya como director general de Pemex.

Proceso agrega que “durante esta investigación, se buscó una postura del ahora candidato presidencial, pero hasta el cierre de la edición, no hubo respuesta”.

En el contrato que celebraron Pemex y Braskem (esta última en consorcio con la empresa mexicana Grupo Idesa) el 19 de febrero de 2010, las empresas privadas pidieron al gobierno federal que estableciera un arancel sobre las importaciones de etano para garantizar la rentabilidad de Etileno XXI.

Si bien la administración de Calderón cumplió el compromiso, fue Enrique Peña Nieto quién concretó el arancel, mediante un decreto presidencial que firmó el 6 de enero de 2016, meses antes de la inauguración de Etileno XXI, que por cierto se hizo con cerca de un año de retraso.

El contrato en cuestión fue enviado a MéxicoLeaks de manera anónima, a través de su plataforma prevista para el efecto.

Redacción--tlayuda/etcetera.com.mx