El Cóporo, la "mini favela" de Toluca; un barrio de miedo

Pese a su vecindad con las sedes de los tres poderes de gobierno, el grado de peligrosidad que tiene el barrio el Cóporo es cada vez más alto, debido a la falta de vigilancia, pues los delincuentes que operan actualmente en el lugar son capaces de matar por unas cuantas monedas, sin importar edad, sexo o condición social de la víctima.

Los lugareños relataron que el pasado fin de semana unos delincuentes atropellaron a una adulta mayor que transitaba por la zona, para quitarle sus pertenencias, lo cual le arrebató la vida a la mujer.

Algunos pobladores aseguraron que a pesar de los llamados de auxilio que le hacen a la policía municipal, cuando llegan a ser víctimas o a presenciar algún acto delictivo, los elementos policiacos no suben y si lo hacen ya es demasiado tarde.

Indicaron que los asaltos son el principal delito que sufren, principalmente en calles como José Hernández, Xóchitl, Nezahualcóyotl, además de los callejones como Eduardo Mendieta, que por ser tan estrechos impiden el acceso de patrullas y una buena iluminación, lo que le facilita el trabajo a los amantes de lo ajeno.

"Luego se avisan, nada más se escucha que empiezan a chiflar y de momento caen, hasta mujeres andan delinquiendo; a mi hija tiene un mes que la asaltaron, nos avisó que había dos hombres sospechosos, mi otro hijo bajó a recogerla con su niño, y a los tres los agarraron, los amenazaron con navaja y pistola, los dejaron sin nada", comentó una de las vecinas.

Esta situación tiene acechados a los lugareños, quienes han adoptado medidas de protección, como colocar rejas en sus ventanas, o salir acompañados por otros familiares o conocidos.

"Luego acompaño a mi hijo a la parada, a mí no me importa que me hagan algo, con tal que mi hijo esté seguro. Es lo que la mayoría hacemos aquí", dijo otra de las vecinas.

Basta con hacerle la parada a un taxi en la bajada ubicada entre Nicolás Bravo y José Hernández, para que estos suban los vidrios y se nieguen a dar el servicio, pues prefieren perder un cliente que arriesgarse a ser víctima de los delincuentes. Incluso algunas bases de taxis prohíben a sus miembros brindar sus servicios en este barrio tradicional.

"Los taxis ya no quieren subir, tenemos que caminar desde la calle Lerdo para llegar a nuestra casa, y tampoco quieren hacer la parada o venir a recogernos", dijo una de las lugareñas.

"Antes a los taxistas les pegaban, los picaban, les hablaban con palabras altisonantes y uno no puede ayudar porque se vienen contra uno, era una impotencia que yo sentía, porque oía que gritaban, pero no los podía ayudar", recordó una de las lugareñas.

"Es algo peligroso, pero sí subimos, subo con los vidrios arriba y ya que estoy en el Cóporo y dejo el pasaje, ya no subo a nadie", comentó Gabriel Hernández, taxista.

De igual forma, los repartidores de pizza ya no suben y los que entregan productos a las tiendas a veces tienen que ceder y darles a los rateros parte de sus ganancias para que los dejen trabajar.

"A la empresa que hay arriba la han asaltado, a los trabajadores que andan repartiendo también les quitan su dinero", platicó una vecina.

Vivir, no por elección, en este barrio, considerado desde hace mucho tiempo como uno de los principales focos rojos de la ciudad, les arrebató la tranquilidad a los habitantes, quienes todos los días están en alerta, ante el riesgo inminente de ser blancos de la delincuencia.

Los vecinos aseguran que los responsables de estos actos delictivos provienen de barrios aledaños, pues muchos de los jóvenes que robaban y que eran oriundos del Cóporo han dejado de vivir en el lugar, por diferentes razones.

Por lo anterior, los pobladores pidieron a las autoridades municipales modificar las estrategias de seguridad que han implementado en el barrio, que hasta el momento no han dado resultados y dejar de concentrar los elementos policiacos únicamente en el primer cuadro de la ciudad.

Redacción--soldetoluca