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La extraña desaparición de Sonia Hernández Galindo


Estado de México - El 22 de enero de 2013, Sonia Hernández Galindo desapareció en compañía de su mejor amiga. Sólo llevaba la mochila y vestía el uniforme verde y gris de la secundaria.

Ese día, Soni —como la llama su familia—, de 14 años, salió de su casa en el barrio de San Diego, San Diego, en Texcoco, estado de México, a las 12:50 de la tarde.

Debía caminar unos 15 minutos para llegar a la escuela, una secundaria localizada junto a la Unidad Habitacional del ISSSTE.

Iba un poco retrasada, por lo que le dijo a su mamá que tomaría el microbús. Sin embargo, no lo hizo y se fue caminando.


NO SUBIÓ AL TRANSPORTE PÚBLICO

Esto lo supo la familia porque, por casualidad, una tía y un niño, primo de Soni, que iban en transporte público la vieron cuando circulaban sobre una angosta calle junto a la unidad habitacional.

Soni pasaba justo por ahí y estaba por meterse a la unidad para acortar el camino a la secundaria. Iba con otro niño, un chico más chaparrito que ella.

El primito incluso bromeó: “Mira mamá, ahí va Soni con su novio”. Era el filo de la una de la tarde. La esperó y nunca apareció

A las siete de la noche, la señora Julia Galindo González, mamá de Sonia, fue a recogerla.

Todas las noches aguardaba a su hija frente a la secundaria para que no se regresara sola. Esperó frente a la entrada por varios minutos, mientras el plantel se vaciaba de adolescentes.

Finalmente, cuando casi no quedaba nadie, salió el director que le preguntó a quién esperaba.

—A Sonia, respondió.

—Pregúntele a la intendente, ahí viene.

La intendente y otra maestra salían del edificio. Eran las últimas. Aquélla explicó que ni Sonia ni su mejor amiga de nombre Maleidi, habían asistido a clases.

—Pero si yo la mandé a la escuela, reviró Julia.

—Pues no entró.

Julia Galindo entonces regresó a casa con la esperanza de que ahí estuviera su hija. No fue así.

Se dirigió al hogar de Maleidi. La pequeña también estaba desaparecida. Esa noche ambas familias las buscaron en la unidad habitacional, por los alrededores y con sus amigos. Nadie las había visto.

TARDARON EN LEVANTAR LAS DENUNCIAS

Las madres de ambas niñas levantaron las denuncias hasta después de 72 horas, porque pensaron que no podrían hacerlo antes.

Ellas no sabían que en casos de menores de edad se puede y debe denunciar lo más pronto posible. Ambos casos quedaron radicados en el Ministerio Público de Texcoco.

La madre de Soni relata que hasta unos pocos meses antes de su desaparición, su hija era muy tranquila. Sólo le gustaba tocar la guitarra; sus dos hermanos mayores, de 16 y 19 años, le estaban enseñado.

Salía poco, sólo acudía a la tienda y al café internet, donde bajaba música rock y partituras. No tenía Facebook, tampoco contaba con celular. Pasaba las horas practicando con la guitarra. Sin embargo, en fechas cercanas a su desaparición salía más, en compañía de su amiga Maleidi.

DOS MUCHACHOS, FIESTA Y ALCOHOL

En una ocasión, recuerda, Soni fue a una fiesta en un pueblo cercano y ahí dos muchachos más grandes, que manejaban una camioneta, les dieron alcohol.

Uno de ellos —relataría Maleidi a sus padres— dijo que “estaban buenas para el negocio”. En ese momento, los padres de ninguna de ellas midió el posible peligro de ello.


Redacción--pulsoslp.com.mx

La extraña desaparición de Sonia Hernández Galindo Reviewed by Toluca Noticias on 3/28/2013 Rating: 5

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