Circula versión de supuesta enfermedad grave de Peña Nieto

Las campañas a la Presidencia de la República ya terminaron y no supimos del estado de salud físico y mental de los candidatos. Enrique Peña Nieto ganó la elección. Pero qué pasaría si los electores hubieran sabido que tiene cáncer en la próstata. ¿La votación habría sido igual?

Ese dato de su salud fue revelado por el escritor y periodista Rafael Loret de Mola en su reciente libro “Sin redención. Crónicas de mejores días”, en donde afirma:


 “… hay bastante más que contar… Por ejemplo, el conocimiento cabal sobre la enfermedad de Peña –ya superada, aun cuando los pronósticos no le dan expectativas largas de vida—, un cáncer de próstata detectado de manera oportuna, encapsulado el mal todavía, deja un nuevo sismo al interior del PRI, aunado al bombardeo de los semanarios conocidos como del corazón y sus seguidores”.

Tal vez sus múltiples viajes a Miami (16 vuelos México-Miami y 15 de Miami –México, de enero de 2010 a febrero de 2012, según el periódico Reforma), fueron para atenderse en alguna clínica de esa ciudad estadounidense, como el University of Miami Hospital o el Mercy Hospital.

 El entonces candidato del PRI-PVEM a la Presidencia no dio una explicación de estos viajes, solo dijo que no tenía propiedades en Miami. En efecto, se hospedaba en un lujoso departamento ubicado en el Blvd. Crandon #799, Cayo Biscayne, Florida, con un precio de renta de 8 mil dólares, según la página de Internet de “Animal Político”.

Fue a Rafael Loret de Mola a quien Enrique Peña Nieto le confesó que era infiel y no lo podía evitar, y que tuvo dos hijos fuera de su matrimonio con Mónica Petrelini, cuyo fallecimiento fue cuestionado en los medios de comunicación.

 En su libro “2012: La sucesión. Crímenes y alianzas turbias”, Loret de Mola preguntó a Peña Nieto si su relación conyugal con Mónica era conflictiva, a lo que contestó: “Teníamos diferencias como en cualquier matrimonio, y en mi caso, no voy a negarlo, tenía un fundamento: mis infidelidades. Arrastro esa debilidad desde muy joven”.

Luego le dijo: “Me confieso, tuve dos hijos fuera del matrimonio y ella lo sabía. Uno murió de cáncer y el otro vive”.

Aquí surge de nuevo la polémica de si el ciudadano tiene derecho a conocer el estado de salud física y mental de sus gobernantes.

La expresidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), María Marván reconoce que hay países donde el ciudadano tiene el derecho a esa información. En Francia, por ejemplo, se emiten boletines semestrales sobre la salud de un mandatario.

Pero cita el caso del presidente Francois Mitterrand, a quien se le diagnostico cáncer de próstata en 1981, se reeligió en 1988 en estas condiciones y en 1996 murió sin que los franceses supieran de esta enfermedad.

 Miterrand solicitó desde 1981 que su padecimiento fuera secreto de Estado y el boletín sobre su salud se falseó desde entonces. El dr. Gubler, su médico personal, reveló todo esto en el libro “El gran secreto”. La familia Miterrand lo demandó.

Para Marván, la controversia sobre la salud de un Presidente se centra en estas interrogantes: “¿Debería ser un dato público?, ¿qué lo justifica?, ¿gana el país?, ¿gana el morbo?, ¿ganan los medios?”

Dulce María Sauri, quien fue presidenta del PRI, gobernadora y senadora, sostiene que la salud de un Presidente, tanto física como mental, no es un asunto de interés privado, por lo que no puede ser tutelado como una información de carácter personal.

 Desde el 2006, la priísta presentó una iniciativa para establecer, dentro del derecho a la información de los mexicanos, la posibilidad de conocer el estado de salud del Presidente de la República bajo determinadas circunstancias. Pero hasta la fecha nadie le ha hecho caso.

Redacción--imagendelgolfo.com.mx