Trenazo en Buenos Aires "le fallaron los frenos"

El Gobierno argentino declaró ayer dos días de duelo nacional y la suspensión de los festejos de carnaval por la tragedia ferroviaria en el corazón de Buenos Aires, que dejó 49 muertos, uno de ellos menor de edad, y 676 heridos. Al cierre de esta edición, 460 de los lesionados seguían hospitalizados, 200 de ellos en estado grave.

El siniestro, el tercer mayor accidente ferroviario en la historia de Argentina, ocurrió a las 8.30 hora local cuando un tren que procedía de la localidad bonaerense de Moreno se empotró en el tope del andén de la terminal ferroviaria de Once, una de las tres grandes estaciones de la capital argentina.


El convoy, de ocho vagones, transportaba a unos 1,200 pasajeros, en su mayoría trabajadores que acudían a sus puestos en Buenos Aires y entró en la estación a unos 26 kilómetros por hora. Cientos de pasajeros viajaban de pie y pegados a las puertas de los vagones para saltar al andén, cuando se produjo la fuerte colisión.

“No sabemos qué ocurrió”

El secretario argentino de Transporte, Juan Pablo Schiavi, adelantó que en los dos primeros vagones —los más afectados por el impacto— había más gente que la capacidad estipulada, lo que provocó que el accidente “tomara el ribete de una tragedia de muchísima gravedad”.

“El tren entró a una velocidad habitual. Ahí está la parte del accidente, la incógnita o la responsabilidad. No sabemos qué ocurrió en los últimos 40 metros. El conductor estaba en su puesto y el tren no paró. Suponemos que hubo un desperfecto en los frenos”, dijo el funcionario.

Los equipos de rescate trabajaron durante más de cuatro horas en la estación y tuvieron que cortar los techos de los vagones para evacuar a las víctimas.

Entre los supervivientes está el conductor del tren, ingresado en una unidad de cuidados intensivos, un trabajador de 28 de años, con antecedentes “muy buenos” en su hoja de servicios, según Schiavi.

Medio siglo de antigüedad. Dirigentes sindicales denunciaron que el tren siniestrado forma parte de un lote de la marca Toshiba con entre 40 y 50 años de antigüedad y denunciaron, una vez más, el estado de la red de ferrocarriles del país, en manos de empresas privadas.

“Los pasajeros van como ganado en trenes de los años sesenta”, denunció un sindicalista, tras recordar que en el último año hubo siete siniestros.

Redacción--cronica.com.mx