Dilma Rousseff la Juana de Arco de la subversión

Dilma Rousseff participó en los grupos guerrilleros Colina y Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares.

Documentos desclasificados revelaron que la Presidenta electa de Brasil planeó asaltos a bancos, pero no los ejecutó

Río de Janeiro,  Brasil.- "Juana de Arco de la subversión", fue el apodo que durante la dictadura dieron los militares a la entonces guerrillera y ahora Presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, según revelaron documentos desclasificados que confirman que, pese a que asesoró a sus compañeros en asaltos a bancos, no hay pruebas de que participó en acciones armadas.

El diario carioca O Globo publicó ayer extractos de las declaraciones presentadas por Rousseff y los militares en el juicio que se le realizó por subversión en octubre de 1970, y que la llevaron a estar casi tres años presa y ser víctima de brutales torturas.

Los documentos ya habían sido solicitados por el diario Folha de Sao Paulo al Tribunal Militar Superior durante la campaña electoral, pero la corte había negado el acceso a ellos para que no fuesen utilizados políticamente.

El miércoles, el Tribunal decidió liberarlos, O Globo se adelantó a publicar sus contenidos y los brasileños se lanzaron a las calles esperando hallar jugosas revelaciones. Hasta la misma Mandataria electa pidió acceso al dossier completo de aquellos oscura etapa de su vida.

"Dilma Vana Rousseff Linhares. Juana de Arco de la subversión. Figura femenina de expresión tristemente notable que ingresó en las actividades subversivas en 1967", comenzaba la denuncia presentada por las autoridades militares que gobernaron Brasil entre 1964 y 1985.

El fiscal aseguró que Rousseff, que participó de los grupos guerrilleros Colina y Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares, dirigió huelgas y asesoró asaltos a bancos, pero resaltó que ni ella ni su entonces marido, Claudio Galeno de Magalhães Linares, tuvieron participación activa en las acciones. La versión castrense concuerda con lo que ella misma ha dicho en el pasado.

Según el fiscal, Rousseff se dedicaba a organizar células de militantes, distribuir dinero entre los grupos y hasta habría servido de señuelo para distraer a agentes de seguridad.

De su casa se confiscaron materiales para falsificación de documentos, panfletos y libros considerados subversivos.

"Se trata de una persona de dotación intelectual bastante apreciable", aseguró uno de los policías que la interrogó y luego declaró en el proceso.

Como parte del juicio, constan en los documentos los dichos de la propia Rousseff, que se declaró marxista-leninista por las desigualdades sociales en Brasil.

"Unos pocos detentan el poder e impiden, a través de la represión policial, todas las luchas de liberación y emancipación del pueblo brasileño. Ante esta dictadura institucionalizada, opto por el camino socialista", explicó entonces.

Durante el proceso, Rousseff contó al juez que recibió crueles torturas durante el interrogatorio tras su arresto en Sao Paulo, pero el magistrado no inquirió nada al respecto.

Bajo esas condiciones, de acuerdo con los documentos, ella reveló nombres de sus compañeros, indicó sus lugares de reuniones y admitió que el grupo Colina había realizado por lo menos tres asaltos a bancos y un atentado explosivo.

Sin embargo, nada de esa información era verdadera. La última vez que Rousseff se había referido a aquel trauma, en una sesión del Senado en 2008, aclaró: "Me enorgullezco mucho de haber mentido. Porque mentir en la tortura no es fácil. En la democracia se dice la verdad. En la tortura, quien tiene coraje y dignidad, dice mentiras".

Redacción--Reforma