Alerta máxima en California: Incendios mortales, toque de queda y la batalla por sobrevivir

Los devastadores incendios que azotan Los Ángeles han generado una crisis sin precedentes, con un saldo de 10 fallecidos, 145 kilómetros cuadrados calcinados y una ola de evacuaciones que afecta a más de 153,000 residentes. Las autoridades han decretado un toque de queda nocturno en las zonas afectadas para evitar saqueos y garantizar la seguridad pública, mientras que el estado y el país enfrentan las duras realidades del cambio climático y la vulnerabilidad estructural.

Un nuevo frente y el impacto del fuego en las comunidades

El incendio "Kenneth", iniciado el jueves en Calabasas, es el más reciente de los múltiples focos activos. Según las investigaciones preliminares, fue provocado intencionalmente, y un sospechoso ya ha sido arrestado. Este frente se suma al incendio en Pacific Palisades, que lleva ardiendo desde el martes y ha sido descrito por las autoridades como "uno de los desastres naturales más destructivos en la historia de Los Ángeles".

Los incendios han destruido viviendas construidas mayoritariamente con materiales inflamables como madera prensada y contrachapado, dejando tras de sí restos aislados de ladrillo o cemento. Esta particularidad estructural agrava el nivel de devastación, haciendo que las comunidades queden reducidas a cenizas en cuestión de minutos.

Respuesta y medidas gubernamentales

El gobernador de California, Gavin Newsom, ha solicitado una investigación sobre los problemas de suministro de agua que han dificultado la lucha contra los incendios. Una pérdida de presión en las bocas de incendio y la falta de agua del embalse de Santa Ynez han sido factores críticos en la respuesta de emergencia.

Por su parte, el presidente Joe Biden expresó su solidaridad con los afectados y advirtió que el número de víctimas podría aumentar en los próximos días. Mientras tanto, la administradora de FEMA, Deanne Criswell, instó a los evacuados a registrarse para obtener ayuda financiera, asegurando que los fondos federales están disponibles para atender la emergencia.

Bomberos reclusos: héroes en la sombra

Un aspecto controvertido de la respuesta a los incendios es la participación de bomberos reclusos, quienes forman parte de un programa que se remonta a 1915. Aproximadamente 800 presos trabajan en condiciones extremas, recibiendo entre 5.80 y 10.24 dólares al día. Aunque estas brigadas han sido esenciales para enfrentar la emergencia, también han suscitado críticas por las condiciones laborales y los riesgos que enfrentan en comparación con los bomberos profesionales.

Impacto y reconstrucción: un desafío titánico

El área afectada por los incendios equivale al doble del tamaño de Manhattan, lo que resalta la magnitud de la tragedia. Con miles de personas desplazadas y comunidades enteras devastadas, la recuperación será un proceso largo y arduo.

Los Ángeles enfrenta un desafío monumental para reconstruir no solo las estructuras perdidas, sino también la esperanza de sus habitantes. Este desastre expone la necesidad urgente de reforzar la preparación frente al cambio climático y de garantizar que los recursos esenciales estén disponibles en futuras emergencias.

Fuente/noticias/nmas/laprensa

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