Julian Assange libre: El final de una batalla épica contra los poderosos

Julian Assange, fundador de WikiLeaks, fue finalmente liberado de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh la mañana del 24 de junio, tras haber pasado 1,901 días tras las rejas.

El Tribunal Superior de Londres le otorgó la libertad bajo fianza, permitiendo su salida en el aeropuerto de Stansted por la tarde, desde donde abordó un avión y partió del Reino Unido. Esta liberación marca el fin de una larga saga legal que involucró a numerosos defensores de la libertad de prensa y activistas de todo el mundo.

La campaña internacional desempeñó un papel crucial en el acuerdo que facilitó la liberación de Assange, aunque aún pendiente de cierre formal, resolviendo un conflicto que se extendió por varios continentes y giró en torno a la publicación de documentos clasificados.

Assange se declarará culpable de un grave delito de conspiración bajo la Ley de Espionaje, relacionado con la obtención y difusión ilegal de información clasificada de defensa nacional. Esta declaración tendrá lugar ante el tribunal federal de las Islas Marianas, una comunidad estadounidense en el Pacífico Occidental, cercana a Australia, su país de origen.

Después de más de cinco años en una celda aislada, Assange pronto se reunirá con su esposa, Stella Assange, y sus hijos, quienes solo conocieron a su padre tras las rejas. Este reencuentro será un momento conmovedor para una familia que ha sufrido años de separación debido a su encarcelamiento y las luchas legales.

WikiLeaks, bajo la dirección de Assange, ha sido responsable de revelaciones innovadoras sobre corrupción gubernamental y abusos contra los derechos humanos, desafiando a los poderosos y defendiendo el derecho del público a la información. Entre los archivos más notorios publicados por WikiLeaks se encuentra un video del ataque con helicóptero Apache en 2007 por parte de las fuerzas estadounidenses en Bagdad, que causó la muerte de 11 personas, incluidos dos periodistas de Reuters.

Assange ha enfrentado una persecución implacable y una campaña de desprestigio por sus principios y por defender la transparencia gubernamental. La acusación del Departamento de Justicia de EE.UU., revelada en 2019, alega que Assange ayudó a la analista de inteligencia del ejército estadounidense Chelsea Manning a robar cables diplomáticos y archivos militares que WikiLeaks publicó en 2010, perjudicando a la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados.

Aunque la administración Obama decidió no procesar a Assange, la posición cambió bajo la administración Trump. En 2017, el exfiscal general Jeff Sessions declaró que el arresto de Assange era una prioridad.

La salud física y mental de Assange se ha visto gravemente afectada durante más de una década de batallas legales, incluidos los siete años que pasó refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. Assange buscó asilo político en 2012 después de que los tribunales británicos ordenaran su extradición a Suecia por una investigación de violación. Fue arrestado por la policía británica en 2019 cuando Ecuador le retiró el asilo y fue encarcelado por violar las condiciones de su libertad bajo fianza.

Aunque Suecia finalmente abandonó su investigación de crímenes sexuales debido al tiempo transcurrido, Assange ha permanecido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh durante la batalla legal de extradición con Estados Unidos. El acuerdo de culpabilidad llega meses después de que el presidente Joe Biden mencionara que estaba considerando una solicitud de Australia para poner fin al intento de Estados Unidos de procesar a Assange.

Chelsea Manning, la fuente de los documentos filtrados a WikiLeaks, fue sentenciada a 35 años de prisión por violar la Ley de Espionaje y otros delitos, pero su sentencia fue conmutada por el presidente Barack Obama en 2017, permitiendo su liberación después de aproximadamente siete años en prisión.

Assange también jugó un papel central en 2016, cuando WikiLeaks publicó correos electrónicos demócratas supuestamente robados por agentes de inteligencia rusos. Aunque nunca fue acusado en la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016, la operación de piratería informática expuesta en la investigación mostró su impacto en las elecciones a favor del entonces candidato republicano Donald Trump.

El regreso de Assange a Australia es un triunfo para sus partidarios, quienes agradecen a todos los que han apoyado y luchado por su libertad, manteniéndose comprometidos con la causa de la libertad de prensa y la transparencia gubernamental.

Fuente--noticias/euronews/9news/thewestaustralian 

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