El anarquismo es una escuela filosófica, no piedras
La violencia es el último recurso del incompetente
Isaac Asimov
Con la misma celeridad y eficiencia con las que se autopostuló para un segundo periodo al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, don Luis González Placencia renunció a esa posibilidad y emprendió una gira de medios amigos para quejarse de las traiciones de antiguos aliados políticos que le habrían dejado colgado de la brocha en su empeño. Los acusó de juicios ligeros, mal informados y legos, y esgrimió a su favor los testimonios firmados por más de 300 organizaciones cívicas, reales o imaginarias.
Tal vez las acusaciones de intereses torcidos en algunos casos sean exageradas en contra del doctor González Placencia; a mí lo que me daría miedo es que la comisión salga en defensa de los derechos humanos de los matarifes que la tarde-noche de ayer anduvieron rompiendo vidrios, huesos y otras cosas en propiedades y cuerpos ajenos, envueltos en algo cercano a la impunidad. Porque esa ha sido la tónica de los organismos defensores de los derechos humanos en nuestro país: ser cuidadosos sabuesos del comportamiento de los cuerpos del orden en la persecución de delincuentes, a los que no se puede tocar ni con el pétalo de una rosa.
Bien pagados, los visitadores y sus jefes han sido celosos de los derechos humanos de los delincuentes; no hay objeción aunque no merezcan aplauso. Lo que ha molestado al populacho es que nadie parece tener el menor interés en defender los derechos humanos de las víctimas de los delincuentes, de los ciudadanos de a pie. Hoy me temo que la CDHDF se vaya a poner a defender a los anarquistas de ayer por la tarde.
De eso quería yo hablar. ¿A quién se le ocurrió que esos delincuentes de alquiler, provocadores profesionales, son anarquistas? ¿De dónde sacaron eso?
Juan Jacobo Rousseau fue el primero en venir con esa idea, según el francés, en la sociedad primitiva el hombre era feliz y libre. La llegada de la civilización le trajo la propiedad privada y la ley, que lo echaron a perder. Si no la más importante, la más conocida obra de Federico Engels es El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, que desarrolla el punto a ser piedra angular del pensamiento comunista.
Los gamberros rompevidrieras tolerados por el gobierno de México, en todas sus formas, no tienen derecho a ser llamados anarquistas. El anarquismo, nos guste o no, es una escuela filosófica que se encuentra en las raíces del pensamiento socialista de justicia colectiva y libertad individual: con base en ello se rechaza toda forma de Estado, toda manifestación de autoridad. Estos idiotas no están en contra de todo Estado, están en contra de este particular Estado, esta particular autoridad, a la que quieren provocar para que llegue a un extremo de represión sangrienta que acabe con cualquier vestigio de gobernabilidad.
No, estos anarquistas nunca supieron del pensamiento de Rousseau o de William Godwin. De Proudhon o Bakunin ni qué hablar. Vamos midiendo nuestro lenguaje.
Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá el mal: el buen juicio no necesita de la violencia.
León Tolstói
Redacción--excelsior/Félix Cortés Camarillo
El anarquismo es una escuela filosófica, no piedras
Reviewed by Toluca Noticias
on
10/03/2013
Rating:
No hay comentarios.:
*Los comentarios expresados por los lectores. No representan necesariamente la opinión de Toluca Noticias.