Peña Nieto y Elba Esther una ruptura anunciada desde 2012

CIUDAD DE MÉXICO.- La relación entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo fue la crónica de una ruptura anunciada desde que el Ejecutivo federal tomó posesión de su cargo.

Desde aquel 1 de diciembre de 2012, uno de los compromisos que mayor impacto tuvo entre la clase política del país y el sector empresarial fue la presentación de una reforma educativa que planteó la evaluación del ingreso y permanencia de los docentes.

Ese día, la maestra Gordillo ocupó uno de los asientos menos favorecidos de entre los invitados a Palacio Nacional. A diferencia de tres sexenios anteriores, en los que tuvo un asiento privilegiado en la ceremonia del cambio de sexenio, en la toma de posesión de Peña Nieto, quedó en las orillas y en las filas traseras.

Incluso el nombramiento de Emilio Chuayffet al frente de la SEP fue una de las noticias más polémicas, ya que políticos, académicos y especialistas en temas educativos lo interpretaron como un mensaje de divorcio entre la secretaría y el SNTE, debido a las diferencias de antaño que tuvieron Gordillo y Chuayffet en la Cámara de Diputados.

Y es que desde que el mandatario llegó a Los Pinos dirigió la advertencia de que se terminarían las plazas vitalicias y hereditarias que han caracterizado a los agremiados del sindicato magisterial, detonando con ello el levantamiento “civil y pacífico” de la organización sindical más grande de América Latina.

El 7 de diciembre de 2012, sin nombrar al SNTE, Emilio Chuayffet dejó en claro que el gobierno federal retomaría la rectoría de la política educativa. En un primer discurso oficial Chuayffet señaló que la autoridad educativa será “la que diseñe y ponga en práctica la política de la educación, escuchando a todas los sectores sociales y no sólo a un determinado grupo”.

Tres días después, el ejecutivo federal anunció en el Museo Nacional de Antropología la propuesta de reforma constitucional educativa. Tras ese anuncio, Gordillo anunció una resistencia pacífica y civilizada del SNTE, porque a decir del gremio la reforma atenta los derechos de los maestros.

Cuatro días antes de Nochebuena, durante la 35 sesión extraordinaria, el Consejo Nacional del SNTE, aprobó por unanimidad iniciar la defensa por la educación pública a partir del 5 de enero.

Inició el 2013, y en menos de tres semanas, más de 17 congresos locales aprobaron la reforma al artículo tercero y 73, dándole el carácter de constitucional a la enmienda educativa, tema que fue visto por clase política como el regalo de cumpleaños para Elba Esther, ya que el aniversario de su natalicio (6 de feberero) coincidió con la Declaratoria Constitucional de la reforma educativa.

Ese mismo día, Gordillo Morales reivindicó su postura hacia el ejecutivo federal, pidiéndole al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, hacerle llegar el mensaje de que “los maestros somos sus amigos”, no sin antes haber lanzado una inesperada declaración de que su epitafio dirá “Aquí yace una guerrera y como guerrera murió”.

El lunes pasado, durante la promulgación de la reforma educativa, el titular de la SEP dijo “vamos a perseverar y a seguir convocando a todos para que la autoridad siga siendo la rectora en materia educativa y que esa rectoría ni se traicione, ni se empantane, ni sea motivo de chantaje, ni mucho menos, como ha sido, de frivolidad”.

La última entrevista de Gordillo, antes de ser aprehendida, se la concendió a la periodista Adela Micha, a quien le dijo que no es la mujer más odiada del país: “No hay nadie más amado por los suyos que yo”.

Sobre el tema de los aviadores, Elba Esther aseguró que los gobernadores son los responsables de que existan tantos comisionados sindicales. Y sobre sus recursos económicos dijo: “El dinero lo sudo, no me lo robo”.

Redacción--excelsior.com.mx