IMSS la gran corrupción, Daniel Karam "seguro" no sabía

La identidad del funcionario calderonista que extorsiona permanece oculta, pero todas las evidencias conducen a César Mora Eguiarte, coordinador de Adquisición de Bienes y Contratación de Servicios, cuya hoja de servicios es harto interesante. Originario de Cuernavaca, con licenciaturas en Administración Pública y Derecho, tuvo un interesante trayecto como servidor público en el Departamento del DF antes de ser funcionario calderonista.

Su paso por la administración capitalina abarca los periodos de Manuel Camacho, Manuel Aguilera y Óscar Espinosa Villarreal (1989-1997). Inició como Secretario Particular de un Subdirector, en la Procuraduría de Justicia y después pasó sucesivamente por la delegación Cuauhtémoc, donde fue Jefe de Atención a Grupos de Invidentes, y a la Asamblea Legislativa, donde fue “Asesor Analista” del Presidente de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables.

Hasta el 2004 llegó al IMSS, como Jefe del Departamento de Bienes Materiales, de la delegación en Tlalnepantla de Baz, Estado de México. Entonces inició una carrera de casi un sexenio y que se vio interrumpida brevemente en el 2006, por el cambio de administración. Se reincorporó en diciembre de 2006, ya con Juan Molinar Horcasitas como Director del organismo. Inició con un sueldo de 29,000 pesos. Hasta el pasado martes, cuando abruptamente fue separado de su cargo, percibió 80,000 pesos mensuales durante su último año laboral, a los que acumulaba 767,000 pesos por “servicios profesionales”. Es decir: acumuló 1.6 millones de pesos, en el 2009, sin que nadie se extrañara por su enriquecimiento inexplicable. A finales de ese año, Mora Eguiarte estrenó un BMW Minicooper último modelo por el que pagó 300,000 pesos de contado. Y así consta en su declaración patrimonial, al igual de su última empresa: el inicio de su Doctorado en Gestión Estratégica y Políticas de Desarrollo, en la Universidad Anáhuac.

Las grabaciones divulgadas antier, en El Noticiero de Joaquín López-Dóriga, apenas son la punta del iceberg. Para dar una idea de sus dimensiones: en el 2008, las instituciones de salud del gobierno federal presupuestaron ¡40,000 millones de pesos!, para la compra de medicamentos, de los cuales 47.7% fue gastado por el IMSS. ¿En todos los casos, los servidores públicos habrán cobrado 4 o 5% de “comisión”, como se desprende de los audios presentados en horario AAA en el canal de mayor audiencia en México?

Mora Eguiarte no sólo estaba a cargo de la adquisición de medicamentos. También establecía los parámetros técnicos para la compra de equipo radiológico. Ambas tareas, implícitamente, son también competencia de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, que encabeza Miguel Ángel Toscano. A este panista – exasambleísta y, por lo mismo, cercano a la primera dama, Margarita Zavala– se le ha involucrado en el escándalo, como tercero interesado. Cierto es que una disposición oficial, dictada el pasado 24 de febrero, mandata a que sólo se cuente con medicinas de patente y genéricos intercambiables en las instituciones de salud gubernamentales y que la Cofepris tiene previsto renovar los registros de alrededor de 10,000 medicamentos y 30,000 dispositivos médicos antes del 2012.

En los últimos meses, Toscano ha estado en el ojo del huracán, bajo asedio de fuertes intereses económicos, de la industria farmacéutica, por supuesto, pero también de los restauranteros organizados, quienes claramente habían puesto precio por su cabeza, sin que el servidor público se apocara.

Un ejemplo: hace tres meses, ordenó a su jurídico entablar acciones penales contra la empresa Landsteiner Scientific por falsificación de medicamentos. Incluso antes, ha ordenado el retiro del aire de anuncios de otras empresas farmacéuticas porque no tienen permiso sanitario.

¿Quiénes ganan con la denuncia de corrupción en las licitaciones del IMSS? Evidentemente, los competidores de Novartis. ¿Quiénes espiaron a los dos personajes? ¿Quién entregó la grabación a Televisa? Son preguntas que también ameritan respuestas concretas, contundentes.

En medio del escándalo, Toscano se deslindó del escándalo. Dijo que a la Cofepris le corresponde verificar la calidad y eficacia de los medicamentos y no negociar precios. Lo que ha quedado en evidencia es que más de uno están interesados en quitar del camino al árbitro regulador porque les resulta incómodo para sus intereses.

La secretaria general del PRD, Hortensia Aragón, solicitó la inhabilitación administrativa de Toscano. La presidenta de la Comisión de Vigilancia, Esthela Damián, de plano solicitó al auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal, sendas auditorías. Toscano dice que las industrias reguladas pueden acusarlo de todo, pero no de corrupto. En este caso, su palabra no es suficiente.

Redacción--eleconomista.com.mx