Dilma Vana Rousseff de guerrillera a Presidenta

Río de Janeiro,  Brasil.- Ex guerrillera, economista de profesión, dueña de una personalidad dura, con fama de eficiente y rigurosa pero impaciente e implacable, Dilma Vana Rousseff Linhares era una funcionaria poco conocida hasta que el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva la catapultó a competir por el Palacio del Planalto; ahora, como Presidenta electa es toda una incógnita para Brasil y el mundo.

Rousseff nació en 1947 en Belo Horizonte, hija de un inmigrante búlgaro comunista y una madre campesina, en un hogar de clase media católico.

Sus primeros pasos en política los dio en plena secundaria, en protestas estudiantiles contra la dictadura militar (1964-1985).

Fue su primer novio y luego esposo, Claudio Galeno, quien la acercó poco a poco a grupos de izquierda radicales como el Comando Liberación Nacional y la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares. Ella niega haber disparado un arma en su vida, aunque sí asistía a sus compañeros en cuestiones logísticas y financieras mientras ellos realizaban ataques violentos y robos a bancos.

Fue detenida por los militares en 1970 y repetidamente torturada para que delatara a sus compañeros, hasta que la liberaron en 1972. De sus duros tiempos en prisión prefiere no hablar.

Durante esos años asociada a la clandestinidad, conoció también a su segundo marido, Carlos Araújo, con quien tuvo una larga relación llena de interrupciones hasta que en 2000 finalmente se divorciaron. De ese vínculo nació, en 1976, su única hija, Paula, madre de su recién nacido nieto.

Tras la experiencia de la cárcel, se instaló en Porto Alegre con Araújo y se puso a estudiar Economía. Pasó por varios cargos en la administración pública del estado de Río Grande do Sul hasta que en 1993 fue nombrada secretaria estatal de Energía y Minas. Ya para entonces había retomado su interés por la política: primero militando en el Partido Laborista Brasileño y luego, en 1986, se pasó al Partido de los Trabajadores (PT), de Lula.

Al futuro Presidente lo conoció cuando el PT estaba armando grupos para presentar sus propuestas para la campaña de 2002. Lula quedó impresionado por la eficiencia y capacidad de trabajo de Rousseff.

Cuando asumió el poder la designó primero como Ministra de Minas y Energía (2003-2005) y luego jefa de gabinete (2005-2010). Detrás de escena se volvió la persona de más confianza de Lula en el Planalto. Y así fue que el Presidente decidió ungirla como su delfina.

Sin embargo, antes de asumir el rol de heredera de Lula, Rousseff atravesó un duro proceso personal el año pasado, cuando se le diagnosticó un linfoma. Con estoicismo superó el tratamiento de quimioterapia y salió de la experiencia renovada, con más fuerza que nunca, lista para asumir el rol de candidata a la presidencia de Brasil.

Redacción--Reforma