Jóvenes y trabajadores en Francia protestan, en México "se aguanta"

"Escuchen el enojo del pueblo", dice el cartel de un hombre que se manifestó ayer en frente del Senado francés, en París.

Los sindicatos mantienen bloqueadas las 12 refinerías del país, lo que ha producido el cierre de 3 mil 190 gasolinerías de un total de 12 mil 311

París, Francia.- La lucha por el control del sector energético, así como la violencia de los jóvenes en las manifestaciones urbanas, se convirtieron ayer en los principales ejes del enfrentamiento entre el Gobierno francés y los sindicatos por la reforma al sistema de jubilaciones.

Los sindicatos mantienen bloqueadas las 12 refinerías del país, lo que ha producido el cierre de 3 mil 190 gasolinerías de un total de 12 mil 311, así como la venta racionada de combustible en mil 700, además de que en muchas otras hay largas filas de automovilistas.

La situación pone en riesgo el abastecimiento de Francia, por lo que el Presidente Nicolas Sarkozy ordenó a la Policía desbloquearlas, incluso por la fuerza.

"Para millones de nuestros conciudadanos, los transportes son una cuestión vital. Se trata de una libertad fundamental. He dado instrucciones para desbloquear la totalidad de los depósitos de carburante para restablecer la normalidad los más pronto posible", dijo al Mandatario.

Luego de la orden presidencial, tres depósitos fueron desbloqueados de manera pacífica, pero pocas horas después uno fue retomado por los huelguistas.

Desde el pasado fin de semana, la Policía intervino en 21 ocasiones las refinerías, permitiendo el abastecimiento de pipas, pero pocas horas después los sindicatos volvieron a imponerse e impedir todo acceso.

Estos bloqueos han generado ya un efecto de escasez que se siente en sectores como el transporte de mercancías, el escolar y el turístico.

"A partir de este jueves (hoy) en las empresas de transporte de varias regiones del país los camiones no podrán circular ni garantizar los servicios escolares o las líneas interurbanas por falta de carburante. Están en seco", dijo Pierre Olivier Carel, responsable de la Federación Nacional de Transportes de Viajeros.

La huelga ha afectado también al sector eléctrico. El Gobierno francés ha tenido que importar electricidad debido al paro de algunas de sus 58 centrales nucleares.

Y mientras el Gobierno galo intentaba dar respuesta a la escasez de combustible que amenaza con paralizar el país, en la ciudad de Lyon se registraron nuevos enfrentamientos con jóvenes.

Según la Policía, 112 personas fueron detenidas ayer en Francia, lo que se suma a las 190 del martes.

Sin embargo, Sarkozy no cede. Ayer, el Mandatario reiteró su voluntad de llevar a cabo la reforma que va a recorrer la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años.

"Llevaré a su término la reforma de las jubilaciones ya que, como jefe de Estado, mi obligación es garantizar a los franceses que tanto ellos como sus hijos puedan contar con su jubilación y que se mantenga el nivel de las pensiones", dijo a través de un texto difundido por el Palacio del Elíseo.

El forcejeo entre el Gobierno y sus detractores también se observó en el Senado, donde se lleva a cabo el debate sobre el proyecto de reforma previsto para el voto hoy o mañana.

La Oposición de izquierda pidió solemnemente a Sarkozy que suspenda el debate en el Senado para negociar con todas las partes. Sin embargo, el Gobierno rechazó la petición.

Las preparatorias y algunas universidades llevarán a cabo hoy manifestaciones en las calles de París y otras ciudades, mientras que los sindicatos podrían anunciar nuevas jornadas de huelgas y marchas.

'La gente ve que la red de protección se agrieta'

El hedor de la basura que se pudre en las calles de Marsella tras 10 días de huelga de los recogedores hiere, pero es claramente otra la descomposición que preocupa a los marselleses: la del Estado de bienestar.

Mientras que el tema de las pensiones monopoliza la atención mediática, entre la ciudadanía es recurrente la idea de rebelión ante lo que perciben como el fin del proyecto de cohesión social que ha regido a las sociedades europeas en las últimas décadas.

"Francamente, no estoy seguro de que todo lo que está pasando en Francia sea por lo de las pensiones. Me parece más bien que es el elemento que hizo estallar un malestar muy amplio. La gente ve que se abre la brecha social entre clases, ve que la red de protección se agrieta, y siente que pagan siempre los mismos", dijo Roland Graille, biólogo marino de 48 años, en la céntrica Rue de la Canabière.

"Deberían explicar por qué encontraron miles de millones para salvar a los bancos, y ahora donde hay que ahorrar es con las pensiones de los trabajadores", opina Alexis Casimiri, marino de 35.

Redacción--Reforma