Sarah Shourd: Los momentos felices en prisión

Shourd, su novio Shane Bauer y el amigo de ambos Josh Fattal, fueron capturados en julio de 2009 mientras hacían excursionismo

Nueva York,  Estados Unidos.- La estadounidense Sarah Shourd pasó la mayor parte de los 410 días que estuvo en confinamiento solitario en una prisión iraní con una monotonía sin fin en un espacio apretado, sin embargo, nunca olvidará algunos instantes de alegría, como cuando su novio le propuso matrimonio en su celda.

Shourd, su novio Shane Bauer y el amigo de ambos Josh Fattal, fueron capturados en julio de 2009 mientras hacían excursionismo cerca de la frontera entre Irán e Iraq.

Funcionarios iraníes dijeron que habían cruzado intencionalmente la frontera para hacer espionaje, aunque los tres insisten en que no son espías y no cometieron ningún delito.

Shourd recuperó su libertad el 14 de septiembre,luego que funcionarios de Omán sirvieron de mediadores en el pago de la fianza de 500 mil dólares. No obstante, su novio y su amigo siguen presos en Evin de Teherán.

Uno de los días más felices de Sarah en la cárcel fue cuando le celebraron su cumpleaños número 32, el mes pasado.

Bauer y Fattal, ambos estadounidenses, convencieron a un guardia para que le llevara un pastel e incluso encontraron la forma de darle una mínima esperanza de libertad.

Ellos le dieron vuelo a la imaginación y le hablaron a Shourd de todo un día imaginario al que llamaron "caminata de libertad'', desde despertarse y desayunar 'hot cakes', hasta visitar un lago y caminar al departamento de su madre.

Cuando la historia llegó a la parte en la que se abría la puerta del departamento, Bauer y Fattal dieron a Shourd una sorpresa que no esperaba.

"Habían llevado todas las fotos que teníamos de nuestra familia y las pusieron en unas cajas, por lo que todo el mundo 'estaba' allí, y fue una fiesta sorpresa. Fue hermoso'', dijo, con la voz quebrada. "Lloré'', recordó.

Sin embargo, casi todos los días en la cárcel fueran monótonos o aterradores.

Sola en su celda, Shourd comenzó a repasar las tablas de multiplicar en su cabeza. Según narra, era la única manera con la que podía alejar pensamientos acerca de su madre, se preguntaba si ella sabría dónde estaba su hija. La atormentaban la ideas de pensar que podría no volverla a ver.

Pero Shourd tenía otras cosas en qué pensar. Tenía que ser fuerte para lograr su libertad.

"Tenía que asegurarme de ser fuerte cuando me llevaran a la sala de interrogatorios porque quería asegurarme de que no me manipularan para decirles cualquier cosa que yo no quería decir'', reveló.

Cierta noche, Bauer le pidió a Shourd que permaneciera en su celda durante su tiempo al aire libre, para que la pareja pudiera tener un momento a solas, según contó.

Los dos se sentaron en una estera de lana cruda, con cucarachas arrastrándose a su alrededor. El polvo llenaba el aire.

Se tomaron de las manos y Bauer, que tenía unos anillos de compromiso improvisados, a partir de dos piezas finas de hilo, le pidió que se casara con él.

"No es lo que cualquier persona pensaría como algo romántico, pero es romántico para mí'', dijo Shourd.

Redacción--Reforma