Exigen acciones a Obama

Barack Obama dio un discurso sobre la reforma migratoria en la American University.

Culpa Presidente a republicanos del estancamiento de la reforma migratoria a 4 meses de una dura elección legislativa

Washington DC.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, renovó ayer su llamado al Congreso para aprobar una reforma migratoria, un gesto considerado insuficiente por grupos pro inmigrantes a 4 meses de una dura elección legislativa.

Bajo presión del electorado hispano, cuya mayoría lo apoyó en su campaña presidencial de 2008, Obama denunció en un discurso que el estancamiento de la reforma migratoria en su año y medio de mandato se debe a la minoría republicana.

"Yo estoy listo para avanzar, la mayoría de los demócratas están listos para avanzar y pienso que la mayoría de los estadounidenses están listos para avanzar", dijo Barack en la American University.

"Pero el hecho es que sin apoyo bipartidista, como lo tuvimos hace algunos años, no podemos resolver este problema. Una reforma que traiga rendición de cuentas al sistema de inmigración no puede aprobarse sin votos republicanos".

Considerada una promesa de campaña para legalizar a cerca de 12 millones de indocumentados, Obama intentó con su discurso corregir sus palabras de mayo, cuando aceptó que no había "apetito por la reforma".

"En cierta medida, el cálculo de Obama está en culpar a los republicanos como un método para mantener a los latinos con él más que nada en esta elección, pero mucho más en (las presidenciales de) 2012", aseguró el profesor Raúl Hinojosa-Ojeda, politólogo de la Universidad de California en Los Ángeles.

La Casa Blanca calificó el discurso como el más relevante del Presidente en cuestión migratoria, pero el Mandatario no fijó plazos sobre la reforma ni dijo qué hará para atraer a algunos republicanos.

"El discurso por si sólo no es suficiente", dijo Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza.

"No hará ninguna diferencia si el Presidente no continúa y presiona a ambos partidos en el Congreso".

De inmediato, los republicanos reaccionaron contra el mandatario e insistieron que cualquier tipo de reforma migratoria debe pasar primero por el reforzamiento de la frontera entre México y Estados Unidos.

"El llamado del Presidente por una reforma es poco más que una cínica forma de complacer políticamente a su base política de izquierda", dijo el senador republicano Orrin Hatch.

La reforma podría pasar sin mayor problema en la Cámara baja, que tiene mayoría demócrata, pero quedaría detenida en el Senado, donde los oficialistas sólo cuentan con 59 votos de los 60 necesarios.

En este escenario, indica Hinojosa-Ojeda, las preocupaciones son principalmente de legisladores demócratas en distritos conservadores que enfrentan una reelección difícil en noviembre y no ven beneficios políticos en una reforma migratoria.

Sin embargo, la presión de los activistas a favor de los sin papeles y de las organizaciones hispanas es cada vez más palpable, pues esperan tener algún tipo de resultados de Obama.

"Reconocemos las limitantes políticas, pero esperamos que el discurso del Presidente sea seguido por acciones", comentó Pablo Alvarado, director de la Red Nacional Organizadora de Jornaleros Diurnos de Estados Unidos.

Redacción--Reforma