Nace la nueva Europa

Herman Van Rompuy será el nuevo Presidente de la UE, mientras que Catherine Ashton, ocupará el puesto deAlto Representante de la Política Exterior

Para los países que no quieran seguir en el club, por primera vez podrán recurrir a una cláusula de salida

Bruselas.- La Unión Europea (UE) volverá a tomar hoy la senda de la integración comunitaria con la puesta en marcha del Tratado de Lisboa.

La nueva Unión contará con una estructura más estable, favorecerá la integración en áreas sensibles como justicia e interior y agilizará la toma de decisiones con la reforma del sistema de reparto de votos entre los 27 socios.

También tendrá un nuevo rostro ante el exterior, con la introducción de la figura del primer Presidente permanente de la UE, representada por el ex Premier belga, Herman Van Rompuy, y la ampliación de los poderes del Alto Representante de la Política Exterior de la UE, cargo personificado en la Comisaria Europea de Comercio, Catherine Ashton.

Será más democrática, al hacer legalmente vinculante la Carta de Derechos Fundamentales, proclamada en 2000, y abrir a la ciudadanía la opción de presentar al Ejecutivo comunitario una propuesta legislativa de contar con un millón de firmas.

Los Parlamentos nacionales también se verán representados gracias al principio de subsidiariedad, bajo el cual podrán pronunciarse sobre las propuestas legislativas de la Comisión Europea antes de su aprobación.

Y para los países que no quieran seguir en el club, por primera vez podrán recurrir a una cláusula de salida.

En resumen, el nuevo Tratado reemplaza todos los textos existentes (Maastricht, Amsterdam...) y pone punto final a la larga crisis de las instituciones comunitarias, la cual estuvo marcada por ocho años de estériles debates sobres sus normas de funcionamiento.

Pero la nueva arquitectura institucional, lejos está de ser aquella con la que soñaron los europeístas, como el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

Si bien salva la sustancia de la fallida Carta Magna, rechazada por los referendos negativos de Francia y Holanda, el texto deja fuera todas las reminiscencias constitucionales y otros símbolos que pudieran siquiera levemente apuntar a unas supuestas ambiciones estatales, como el himno y la bandera.

Por presión política, fue eliminado además el título de "Ministro de Exteriores", mientras que el espíritu de la Carta de Derechos Fundamentales fue torpedeado por Reino Unido, Polonia y República Checa, que demandaron un régimen diferenciado.

Igualmente la integración en Justicia e Interior será incompleta, al quedarse fuera del proceso Irlanda y el Reino Unido.

Y por exigencia de Polonia, el nuevo mecanismo de toma de decisiones por doble mayoría, es decir 55 por ciento de los Estados que sumen el 65 por ciento de la población, entrará en vigor hasta el 2014, con un periodo de transición que durará hasta el 2017.

Presidente de 6 millones de euros

A Herman van Rompuy, ya se le conoce en los corredores de Bruselas como el Presidente de los 6 millones de euros, y es que esa será la factura que anualmente pagarán los contribuyentes europeos por tener esta figura permanente.

De acuerdo con datos del Consejo Europeo, de entrada, el Presidente se lleva 1.5 millones de euros, de los cuales 300 mil son para cubrir su salario y el resto para viajes y gastos de representación.

Para los 22 funcionarios que acompañarán a Rompuy y el resto del personal administrativo, habrá 4.5 millones de euros.

El Tratado de Lisboa generará otros cargos adicionales. Antes, los países que ostentaban la presidencia semestral cargaban con el costo de las cumbres en Bruselas, 1.3 millones de euros por encuentro.

Ahora que el Presidente permanente es el anfitrión de las ministeriales, la factura será cargada al presupuesto comunitario.

Redacción--Reforma