Discriminan a niña con epilepsia en "Instituto Simón Bolívar" de Toluca; le niegan inscribirse

María Fernanda es una menor de ocho años de edad que ha sido discriminada por presentar “supuestos” síntomas de epilepsia y retraso de dos años, en una escuela privada de esta ciudad, donde fue rechazada para ser inscrita en el ciclo escolar 2016 – 2017.

La historia inició cuando la madre tuvo que buscar una opción educativa para su pequeña, que cursará el tercer grado de primaria, luego que el plantel educativo donde se encontraba tuvo que cerrar, por lo que se dio a la tarea de consultar y escuchar la mejor alternativa para su hija.

Jenny, madre de la alumna, acudió al centro educativo en la colonia Independencia "Instituto Simón Bolívar" para pedir informes y costos de los servicios, todo transcurría de forma normal hasta ese momento, las instalaciones le convencieron, eran adecuadas para que continuará sus estudios.

Tras retirar los ahorros que tenía guardados para cubrir los pagos requeridos y alistar todos los documentos que de trámite se realizan, acudió a depositar la cantidad de 4 mil 285 pesos a una cuenta del centro educativo, como parte de la inscripción, la mañana del pasado 20 de julio.

Días después, fue citada para presentarse en la escuela, pensó era parte del proceso por lo que asistió, sin embargo, fue notificada que la menor no podía ser inscrita, los directivos argumentaron que su coeficiente era inferior al estándar promedio a consecuencias de una epilepsia.

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“Pagué la inscripción con lo que tenía derecho al examen, el sábado pasado me dijeron que no fue aceptada y salió reprobada porque tiene una retraso de dos años, esa fue su excusa, pero no se fijaron en la parte académica, acusaron que tiene un retraso, cuando no lo tiene”, dijo.

Pese a padecer la enfermedad, Fer, como le dice de cariño su mamá, realiza una vida normal, muestra de ello, es que practica jazz, gimnasia, capoeira y baila hawaiano, además, tiene un promedio general arriba de 8.5 por lo que acusa se trata de una discriminación de la escuela.

“Es un acto de discriminación y negligencia porque no tiene un retaso como lo quieren hacer ver, sí va a un neurólogo, pero faltó sensibilidad en el caso, están violando los derechos; si fuera por la parte académica puede ir a regulación, pero fue por su problema de salud”, aseguró.

Recuerda que por el padecimiento siempre que la inscribe a algún curso, taller o actividad, hace del conocimiento de lo que tiene, pero no ha presentado ningún problema, incluso en la escuela anterior le ofrecieron atención especial, aunque nunca fue necesario utilizarla.

“En la escuela me dijeron que no la pueden inscribir, acusan que si le da un ataque, ellos qué van a hacer, en sus ochos años de vida a mi hija ha sufrido solo cuatro ataques, según su diagnóstico es que mi hija es retrasada, no sé de dónde sacaron eso cuando no lo es”, indicó.

Redacción-tlayuda/afondo/oem