Luvianos se convierte en pueblo fantasma

A partir de las 19:30 horas la gente de este municipio se va a su casa, evita salir a las calles, y el lugar se convierte casi en un pueblo fantasma, donde la población busca no arriesgarse, ante la presencia de grupos delictivos. De hecho, desde la tarde los negocios empiezan a cerrar, y la gente deja las calles.

Autoridades estatales y federales han desplegado un fuerte operativo en carreteras y calles de los municipios del sur del Estado de México, pero ciudadanos aseguran que la presencia no es permanente, y están acostumbrados a una baja presencia policiaca, porque siempre han tenido pocos elementos. Apenas más de 10 cada día, afirma un vecino.

En este municipio la gente trata de seguir una vida normal, pese a la violencia que se ha desatado. Es sábado y las personas salen a realizar sus actividades en medio de temperaturas arriba de los 20 grados; algunos se refrescan con aguas de sabor o con helados.

Resistentes y desconfiados, los pocos habitantes de Luvianos que aceptan charlar aseguran que los responsables de cometer ilícitos no son del municipio. "Nadie es de aquí, llegan de fuera, se dice que vienen de otros estados, pero también de Toluca", comenta una señora.

Sin embargo, admite que algunos hombres, sobre todo jóvenes, han tenido que aceptar trabajos con algunas organizaciones delictivas por temor, pero los malos, enfatiza, son de fuera, no de Luvianos.

Para llegar a este municipio, en la carretera, rodeada de verdes paisajes, se observan carros de soldados, marinos, policías federales y estatales, quienes patrullan los caminos y han instalado retenes y grupos de vigilancia en entradas y salidas de Temascaltepec, San Simón de Guerrero y Tejupilco. En Luvianos, baja la seguridad.

De hecho, la gente comenta que los policías están dentro del palacio municipal, pero desde que se llevaron a los elementos municipales, a veces ven a soldados y marinos realizar acciones de vigilancia. "Los policías están ahí dentro", dice un hombre, al tiempo de señalar a dos policías al interior del ayuntamiento, asomándose por la reja.

A unas cuadras, se encuentra la patrulla estatal en la que llegaron, pero en plena plaza pública la ausencia de policías era notoria; aunque más adelante ya se observa un carro de soldados, un camión de la policía estatal y una camioneta.

Una de las personas admite que pasan cosas, pues ha habido secuestros, entre ellos de un ex alcalde, quien ya no ha regresado a Luvianos, y es un rumor a voces que muchas personas, entre ellas, autoridades, dice, tienen que pagar cuotas para que no los molesten.

Algunos negocios, señalan vecinos, han cerrado; mientras otros sólo abren por unas horas. Lo comprobamos al salir de Luvianos, apenas pasan de las 15:00 horas y muchas cortinas ya están abajo. Varias calles aledañas al centro se ven semi vacías.

El municipio, que ha sido satanizado por la violencia, también está lleno de gente que todos los días sale a trabajar, con la esperanza de que la delincuencia no los alcance y todo pueda mejorar.

Redacción--Sol de Toluca