Buscan a joven genio, acusado de asesinar a jovencita que conoció en Facebook

La última ocasión en que la policía supo de Javier Méndez Ovalle, un par de agentes corrían tras él por las calles de Otumba, Estado de México. Este joven de 19 años considerado un genio, campeón nacional de Física, medalla de bronce a nivel internacional, y galardonado por autoridades federales, se abría paso entre la gente para evitar que lo atraparan: está acusado de raptar y descuartizar a una chica en Tlatelolco.

Los elementos de la Procuraduría capitalina llevaban una semana buscándolo hasta que lo ubicaron en aquel municipio, pero desde aquella tarde del jueves 4 de julio en que lo perdieron de vista, ya no han sabido nada de él.

Ahora la autoridad sospecha que pudo haber huido a Rumania, donde tiene familiares y debido a que no ha vuelto a llamar a sus padres.

Atrás quedaron los momentos en que el nombre de Javier Méndez Ovalle sólo formaba parte de cuadros de honor.

Alumno destacado del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 9 (CECYT) del Instituto Politécnico Nacional, vivió durante años en un departamento de la unidad Nonoalco Tlatelolco, junto con su mamá, Virginia Ovalle Chiñas.

Siempre dedicado a sus estudios como técnico en Programación, en septiembre de 2012 fue recibido y felicitado por el entonces secretario de Educación Pública, José Ángel Córdoba Villalobos por sus logros en la materia de Física.

La SEP difundió en aquellos días un boletín de prensa para dar a conocer que acababa de ganar la medalla de bronce en las olimpiadas de Física en Estonia, por encima de alumnos de Hong Kong, Arabia Saudita, Kazajastán, Canadá o Rumania.

Un año antes Javier había conseguido la presea de oro de la Olimpiada Nacional, y por ello fue entrevistado en varios medios. “Me sirvió como entrenamiento para enfrentar los siguientes retos en la vida porque soy de las personas que siempre busca algo más”, dijo entonces a la revista Campus México.

Lo cierto es que al escribir el nombre de Javier Méndez Ovalle en un buscador de Internet, sólo se despliegan noticias y fotografías que destacan su labor estudiantil.

Sin embargo, la Procuraduría capitalina sabe que las últimas horas que pasó frente a una computadora no fueron para estudiar, sino para engañar a Sandra Camacho por medio de Facebook.

Sandra era parte de los siete millones de jóvenes mexicanos que no encuentran un trabajo, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Los cinco meses que llevaba buscando uno terminaron cuando, por Facebook, un “amigo” le ofreció le ofreció darle un trabajo de edecán.

Su reclutador le prometió un buen sueldo y viajes, pero todo fue una trampa, su cuerpo fue desmembrado y abandonado en Tlatelolco.

A esta joven de su misma edad, habitante de Ixtapaluca, fue Javier quien le prometió ayudarla a conseguir el empleo anhelado. Durante días se enviaron mensajes, hasta que acordaron reunirse.

A las 4:00 de la tarde del jueves 27 de junio, Sandra llegó al metro Tlatelolco y ahí se reunió con Javier; las cámaras de seguridad los captaron juntos y al menos dos testigos los vieron salir de la estación.

Javier la llevó a su departamento, donde la golpeó y la estranguló hasta que dejó de respirar, después la descuartizó. Los motivos aún los desconoce la policía.

 La madrugada del domingo 30 de junio el joven metió partes de su cuerpo en bolsas para la basura, salió con ellas a los pasillos de Tlatelolco y las esparció en las jardineras.

“El rostro presenta golpes así como moretones, el tronco presenta varios piquetes, los cortes que presenta son finos, el cuello presenta un surco…”, describió el policía que encontró parte del cuerpo de Sandra, revela el expediente CUH-1/T3/1033/13-06.

Por esos laberintos de Tlatelolco, Javier Méndez caminaba a diario para dirigirse hacia las instalaciones del Politécnico a estudiar, y fue ahí mismo donde planeó y ejecutó el crimen.

Fue el 4 de julio en calles de Otumba, Estado de México, la última vez que se supo de Javier, ya que era perseguido por agentes, pero éstos le perdieron la pista cuando se escabulló entre la gente.

Ahora, la Procuraduría capitalina lo busca hasta en Rumania debido a que familiares suyos habitan el país europeo.

Redacción--nssoaxaca.com