Matrimonio y divorcio exprés en Estado de México

Para evitar lo altos índices de violencia y problemas intrafamiliares, el diputado local David Parra Ángeles integra una iniciativa de ley para incluir en la legislación estatal la figura del “divorcio exprés” que permitiría a los matrimonios disolver su unión sin vulnerar los derechos y obligaciones que contrajeron al formar una familia.

La propuesta será presentada el siguiente periodo ordinario de sesiones como complemento a la iniciativa de Ley de Protección a la Familia que ya se encuentra en análisis en comisiones con el fin de hacer conciencia y reunir en un documento todas las figuras legales en torno a la familia.

Las estadísticas de divorcio, señala, han aumentando, aunque hay muchos casos sin contabilizar. De hecho, la figura del divorcio exprés ya es reconocida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.


LOS MATRIMONIOS

Al igual que varios especialistas, el diputado reconoce el valor de la familia como la célula principal de la sociedad y que su origen, y sobre todo su continuidad, debe darse de forma espontánea, por razones naturales y la voluntad de sus miembros.

Uno de los caminos para conformar una familia, indica, es el matrimonio, reconocido por la ley civil a partir de 1859, unión que de acuerdo a la ley debe darse de manera voluntaria.

En la entidad, las personas que contraen matrimonio en su mayoría lo hacen jóvenes: 23 por ciento tienen entre 15 y 19 años; 34 por ciento entre 20 y 24 años y 22 por ciento entre 25 y 29 años, revelan cifras del Registro Civil del Estado de México.

Después de estas edades el matrimonio se vuelve menos probable, pues sólo 16 por ciento de las mujeres tiene entre 30 y 34 años, 4 por ciento de 35 a 39 años, 2 por ciento de 45 a 50 y otra cifra similar se casa después de 50 años.

En el caso de los hombres varía un poco: la frecuencia de los matrimonios disminuye a la edad de 30 años. 71 por ciento se casa antes, 14 por ciento, entre 30 y 34; 6 por ciento, entre 35 y 39; tres por ciento entre 40 y 44; 2 por ciento entre 45 y 49, y 4 por ciento después de 50. En las mujeres sólo 2 por ciento se casa después.

LOS DIVORCIOS

De acuerdo a las estadísticas de la dependencia, en promedio 12 por ciento de las parejas que contrae matrimonio en el Estado de México se separan legalmente, en 57.7 por ciento de los casos por acuerdo mutuo y sólo en 3.2 por ciento por negativa a contribuir al hogar y 2 por ciento por sevicia, amenazas e injurias.

44 por ciento de las separaciones y 33 por ciento de los matrimonios se concentran en los municipios de Nezahualcoyotl, Naucalpan, Ecatepec, Toluca y Tlalnepantla.

Durante 2008 contrajeron matrimonio 68 mil 123 parejas en la entidad y se divorciaron 8 mil 764. Para 2009 la cifra de divorcios aumentó uno por ciento y siguió con esa tendencia en 2010.

El mayor porcentaje de divorcios ocurre cuando las mujeres tienen entre 30 y 34 años de edad; en 14 por ciento es cuando los hombres tienen más de 50 años.

Poco más de 10 por ciento de los matrimonios se desintegran en los primeros años de unión, sobre todo en matrimonios jóvenes.

LOS MATICES DE LA PROPUESTA

El propósito es no cerrar los ojos a las crisis matrimoniales actuales, sin armonía conyugal. Cuando falta voluntad, enfatizó el legislador, no es conveniente forzar una unión aparente tras la cual se escudan la traición, la infidelidad, la riña cotidiana, en lugar de la paz y el amor.

El divorcio exprés puede ser solicitado por una o ambas partes que manifieste que no tiene voluntad de seguir casado, sobre todo si hay maltrato y problemas, a fin de poner distancia legal de su cónyuge y que el proceso de separación no desgaste más la relación con la familia, hijos, amigos o vecinos, por ventilar los problemas maritales.

“Creemos absurdo que el estado pretenda forzar la unión matrimonial al poner candados para solicitar el divorcio, ya que sólo se puede solicitar si se encuadra alguna de las causales previstas en la ley de la materia, y qué pasa cuando dentro del matrimonio ha dejado de existir el amor, el cariño o la confianza”.

El divorcio, apuntó, fue instituido como una forma de solucionar los problemas matrimoniales para evitar familias disfuncionales, pareja o niños con traumas y problemas de desarrollo, así como evitar riesgos o abusos sentimentales y físicos.

La propuesta busca derogar las causales existentes dentro del Código Civil aplicable y dejar de buscar un cónyuge culpable en el divorcio.

Actualmente la ley señala como causales el adulterio; que la mujer dé a luz un hijo concebido con otra persona; la bisexualidad; padecer una enfermedad crónica e incurable y contagiosa o hereditaria; problemas mentales; abandono de hogar por más de seis meses; la sevicia, amenaza e injurias; la negativa a dar alimentos a los hijos; la embriaguez habitual o uso de narcóticos; la violencia familiar, y la separación por más de un año, entre otras.

A salvo quedan todos los derechos actuales. No se disolverían las obligaciones que nacieron del matrimonio, el único cambio es facilitar el trámite de divorcio en casos irreparables; en el resto habrá apoyo a través de la mediación y conciliación.

David Parra propone que no sea necesario que transcurra un año de matrimonio para solicitar el divorcio siempre y cuando existan pruebas fehacientes que acrediten la existencia de un riesgo a la vida e integridad física del solicitante o de los hijos.

Para proteger los derechos inherentes a la disolución del vínculo matrimonial, dijo, se establece como requisito para el solicitante anexar la propuesta de un convenio regulatorio y las pruebas que lo sustenten; a falta de acuerdo entre las partes, el juez tramitará vía incidental los derechos y obligaciones inherentes a la disolución del vínculo matrimonial.

LA FAMILIA EN COMISIONES

Uno de los objetivos que persiguen con la iniciativa de Ley de Protección a la Familia es dejar claro los derechos y obligaciones que tienen los hijos con sus padres, sobre todo en la etapa de adultos mayores de estos, donde es necesario que velen por ellos.

Ambas propuestas, sostuvo, se complementan y tienen con fin principal proteger los derechos de hombres y mujeres a una vida feliz, libre de violencia, pero sobre todo prevenir conflictos intrafamiliares que repercutan en el desarrollo de la familia.

Redacción--Impreso.Milenio.com