Navidad y regalos, como hacerlo diferente

La lista de asuntos por resolver puede ser agotadora: Intercambio de regalos en los centros de trabajo, arreglar el árbol de Navidad, compra de obsequios y envoltura, preparación de las cenas, reuniones familiares y con amigos, posada en la escuela de los hijos, si a esto le sumamos, tráfico, filas interminables en los supermercados y tiendas, así como poco tiempo disponible para la organización familiar, ¿será posible que los niños perciban estos días de una manera distinta? Quizá no.

Entre los altos y adornados árboles, guirnaldas y luces es fácil entusiasmarse con la época, y perder de vista que los niños pueden crecer con una versión de temporada navideña igual a regalos, comprar, ir a tiendas, prisa, cansancio y hacer una larga lista de cosas por pedir (sin importar si los Reyes Magos podrán o no cumplir todos sus deseos).

Matilde es mamá de Daniela quien tiene 9 años y comenta que la primera vez que adornaron juntas su casa, le preguntó a su hija qué era lo que más le gustaba de esos días: "Ella me dijo con una sonrisa de oreja a oreja 'ay mamá, pues no ir a la escuela y que todos me den regalos', yo esperaba que me dijera otra cosa, quizá que iba a estar más tiempo con nosotros, o iba a comer muy rico, pero no fue así".


Hagamos todo diferente

Angela Marulanda, autora del libro Sigamos creciendo con nuestros hijos de Editiorial Norma, explica que: "En efecto, la Navidad es la época ideal (y muchas veces la única oportunidad del año) para que la familia se reúna y todos se expresen el afecto y aprecio que se tienen.

Constituye un paréntesis en la rutina cotidiana, que ofrece a un espacio para que padres, hijos, abuelos, hermanos, tíos y demás allegados se junten y hagan cosas agradables".

Para los grandes y para los pequeños es alimento puro para el corazón, compartir la mesa con las personas queridas.

No se trata de inventar nuevas actividades o tener una agenda retacada, basta con tener la disposición de hacer que esto sea una experiencia agradable, para que al paso de los años, los niños tengan un entrañable recuerdo de su infancia, como los sabores de las cenas y sus olores, en vez de a sus padres preocupados por la compra de regalos hechos por compromiso, sin afecto alguno, o los espectaculares adornos de las tiendas.

Dejar a un lado las visitas a los centros comerciales para involucrarlos en la preparación de los alimentos que se acostumbran como es el bacalao o el pavo, así como en el arreglo del hogar, puede ser el primer paso para que vivan estas semanas de manera distinta.

En este sentido la autora del libro explica: "Basta con recuperar las tradiciones y significados propios de la época.

Para hacerla inolvidable no hace falta dinero, sino un profundo deseo de dar todo lo bello y lo bueno que hay en nosotros.

Y una Navidad en estos términos no nos deja sin ahorros ni con el corazón vacío".

El mensaje más importante que hay sobre un regalo para un niño, es que el cariño no se mide en función del valor económico de los juguetes, ropa o cosas que reciba.

Esta época es ideal para que los padres reflexionen sobre los mensajes que dan a sus hijos por medio de sus acciones, comentarios y hábitos.

Los pequeños observan todo el tiempo y aprenden del ejemplo que hay en casa, por los ven con una actitud de disfrute no condicionada a las cosas que pueden comprar, así como que lo que dan es por una muestra de afecto, verán con otros ojos las fiestas.

Desde aquella ocasión Matilde hizo cambios radicales en la manera que aprovechaban los días previos al cierre de año.

Ahora, sabe que a Daniela le encanta el pay de manzana y el ponche de frutas que su tía Lupita prepara para la cena de Año Nuevo, también que ella se emociona cuando sus primos de Sonora le hablan por teléfono para avisarle que irán a su casa, pero lo que más le gusta saber es que las cosas han cambiado: "Ahora, apenas Dany va a salir de vacaciones y ya me está preguntando qué haremos para las fiestas.

Ayer me dijo que quería ir a cocinar como el año pasado con su abuela Carmen, dice que es muy cansado eso de pelar papas y almendras, pero lo que más le encanta es estar en la cocina con todas sus tías, mientras su abuelita cocina en su horno gigante".

Redacción--Poder edomex